Lo público ahora más público que nunca

Las páginas que divulgan secretos han obtenido mayor fuerza con el pasar del tiempo. Wikileaks, correos privados hechos públicos: un par de ejemplos convincentes de que la web puede sacar a la luz los secretos de las personas.

¿Quién será la próxima víctima? ¿Usted, yo? ¿El presidente del país, el actor de Hollywood?

Más allá de buscar víctimas, se trata de entender que la Internet nació para hacer público lo que antes no era público, y para hacer aun más público lo antes público.

Internet da esa facilidad para filtrar datos, mensajes; permite torcer tendencias y convencer a la gente. Es un poder cuya fuerza ahora conocemos. Lo de Wikileaks es sólo una muestra, ya que, como se ha venido diciendo conforme se le ha hecho censura a esa página, nacerán otros wikileaks.

La censura será imposible.

Se ocuparía un policía por cada persona para regular todo lo que se publique en la red, y eso no se puede. ¿O quizás sí? Quizás podría surgir alguna tecnología que rastreara y castigara si fuera del caso cada acto de las personas en Internet. Pero de igual forma podría surgir alguna tecnología que rastreara y castigara, si cupiera, a cada rastreador.

Parecería una batalla de virus contra antivirus. Ya sabemos el final de la historia: unos y otros siguen allí.

¿Qué tanto más tendrán que hacer los países y las corporaciones para proteger sus secretos, de ahora en adelante?

¿Llegarán a la conclusión de que es inútil retener la información a causa de la Internet, y entonces todo lo harán público?

¿Esto llegará a hacer la sociedad más abierta, o todo lo contrario?

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