Inglaterra derrota 1 a 0 a España en Wembley - Partido amistoso del 12 del 11 del 2011

Y el partido terminó en pies españoles así como ocurrió durante la mayor parte del juego, pero el fútbol no se gana jugando mejor que el rival ni aplastándolo en jugadas de gol, se gana con goles, como el que consiguió Frank Lampard merced a una jugada a balón parado en la cual los ingleses hicieron gala de su mayor robustez física.

El partido suscitado en el estadio de Wembley en Inglaterra tuvo un primer tiempo de dominio español, mantuvieron la pelota y los ingleses el cerrojo en la defensa. Fiel a su estilo España mantuvo la poseción de la pelota, llevandola de pie a pie, haciendo muchos pases hasta llegar al fondo, casi siempre con pases precisos. Inglaterra procuró responder con un juego directo que rompiera el juego español: tienen físico y velocidad. Pero España tendió a asustar más que Inglaterra con su juego de toque y pases gol.

La diferencia la marcó el gol de Lampard al minuto 50 del segundo tiempo. Inglaterra apeló a su físico, así ganaron un balón por la izquierda, un jugador solo contra tres españoles sacó una falta cerca del área. En el tiro libre los ingleses ganaron el balón, cabezaso picado que da en el poste, rebota y llega Frank Lampard: gol inglés. Esto es lo que tienen los ingleses, fortaleza física, más que los españoles. Aunque su fútbol no sea tan lucido como el ibérico permite destellos como el de la jugada de la anotación. Así es el fútbol: se gana por goles no por jugar bonito.

Comienza un nuevo partido entre España e Inglaterra. Parecía el equipo casa España, pero ahora Inglaterra tenía la ventaja. Los ibéricos tuvieron que salir de la comodidad en la que estaban, había que arriesgar más.

A pesar de la motivación por el gol los ingleses siguieron abatidos por el siempre propositivo juego español: su virtud está en meter al equipo rival en su juego, en envolverlos por completo con base en los pases cortos precisos y rápidos, con jugadores de buen toque como Iniesta, Xavi Alonso, Busquets, y muchos más (es que casi todos los españoles tienen un toque fino de la pelota).

Inglaterra se enredaba en la salida, tiraron balones largos imprecisos que en la mayoría de los casos ganaban los españoles para dar paso de nuevo al juego de pases precisos y defensiva ruda de Inglaterra que podría, en dado caso, deparar faltas peligrosas o melés que terminen en gol.

Gran pase para Villa al 55, pasa entre dos jugadores, entra al área sólo contra el portero, lo dribla y su tiro sale desviado, le quedaba un ángulo incómodo. Al 56 sale el anotador del gol Lampard. Los ingleses emocionan a su público con jugadas a base de fuerza, no de juego fino, y así por la banda derecha estuvieron cerca de lograr mayor peligro, aunque la defensa española fue perfecta y la salida idónea, no como la inglesa siempre complicada en el partido.

Llegado el minuto 65 España venía de 10 minutos confusos. Tuvieron la clara con Villa al 55 pero después no mucho de valor, incurrieron en faltas y finalmente Inglaterra pudo salir con más claridad desde su campo, igual optando por los pases directos y la velociodad de sus jugadores por los laterales. Quedaba claro que Inglaterra quería defender ese gol, por eso se jugaba en la mitad inglesa casi todo el tiempo. España perdió claridad y fineza, no le sirve mucho a su fútbol ir perdiendo, la desesperación les quita precisión y en la precisión y calma está la mayor parte de la riqueza de su juego. En cambio en los ingleses hay que reiterar que su fuerza está en el físico, que casi todos los balones divididos ellos los ganan. Caso contrario cuando es balón razante al suelo.

Como España arriesgó más al ir perdiendo los ingleses encontraron campo para atacar. La base de su respuesta fue salir jugando desde atrás, ya no con pelotazos, sino pasándola por sus jugadores de la media cancha. Así nació una jugada muy peligrosa en la que Rodwell estuvo cerca al 66 de vencer al portero español Reina.

Por fin mantiene la bola el equipo inglés al minuto 70. Y cuando la pierden su marcaje permite recuperarla. En ese momento el juego era dominado por los ingleses. Sin el gol España no hubiera arriesgado ni perdido precisión y posiblemente el dominio seguiría siendo ibérico.

Se desencadenó entonces un partido de ida y vuelta. Los ingleses inspirados por la ventaja y el público comenzaron a tejer jugadas rápidas y precisas de pie a pie. Pero justo cuando mejor lo hacían reapareció Andrés Iniesta, empujó a su equipo adelante y Villa de nuevo estuvo cerca. El público tanto se emociona como se preocupa, España siempre será de cuidado en tanto mantengan el balón en sus pies, y los ingleses por su parte tendrán las de ganar cuando hayan balones divididos que se puedan obtener por velocidad.

A pesar de sus complicadas salidas la defensa inglesa cumplió bien en la parte más apremiante: cortar los ataques españoles, exeptuando las dos incursiones de Villa que estuvieron cerca de llegar a la red.

Faltando 15 minutos para que el partido terminara quien propuso fue España, Inglaterra ahora más que nunca defendía con todo lo que tenía. Tiros de esquina, pases a la línea de fondo y centros fueron parte de los argumentos españoles. Un equipo atacando, el otro puramente defendiendo. Inglaterra se atuvo al juego de contragolpe. Perdió su inspiración ofensiva. Así la tuvo cerca España al 80 donde un centro no logró topar con pierna; al 81 casi un pase de la muerte de Cesk llega a los tacos de Piqué. Se veía con más energía el cuadro de la furia roja.

Dominio total español hacia el final del partido gracias al total control de los segundos balones en tanto Inglaterra sólo atinaba a tirarlos sin sentido fuera de su área. Una gran corrida de Torres por la derecha casi premia el dominio español, mas el tiro de su compañero no fructificó; un minuto después, en el 89 la tuvo Fábregas. España creó jugadas de manera industrial mientras que Inglaterra siguió hasta el final apegado a su reservado sistema de juego y tirando balones arriba para que Rodwell tratara de ganar algo, solo contra el mundo.

El resultado final de 1 a 0 a favor de Inglaterra no refleja lo que pasó en una cancha donde el cuadro español creó y desperdició jugadas a gusto mientras Inglaterra tuvo unos 15 minutos de inspiración en el segundo tiempo y nada más. El juego terminó con el balón en pies españoles, al igual que como fue durante todo el choque.

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